Sólo un ligero desajuste en la glándula tiroides y ya podemos empezar a notar cambios significativos en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Cuando esto sucede, se pueden dar dos casos, uno en el que la glándula tiroides empieza a generar una mayor carga hormonal, denominándose Hipertiroidismo, y otro en el que el déficit de producción hormonal marca la pauta, en este caso estamos hablando de Hipotiroidismo.
En ambos casos se suscitan alteraciones en todo el cuerpo, pero en esta ocasión, me centraré en las alteraciones que afectan a la salud bucodental. Cómo de grave sea la alteración hormonal, y cómo de controlada tenga la enfermedad el paciente, serán factores determinantes para el éxito de cualquier tratamiento dental que éste requiera.
El Hipertiroidismo
En el caso del hipertiroidismo, como mencionaba anteriormente, la hormona tiroidea se genera en exceso, ocasionando ansiedad, pérdida de peso y aumento del apetito entre muchos otros. Pero en materia de salud dental, el hipertiroidismo está directamente vinculado con el aumento en la incidencia de caries dentales y enfermedades periodontales, puesto que quien lo padece aumenta el consumo calórico de azúcares debido al aumento de apetito.
En estos pacientes, el control de su condición será crucial, puesto que en un paciente con la enfermedad no controlada o mal tratada, los procedimientos quirúrgicos como colocación de implantes serán contraindicados hasta que se controle la situación y se traten las infecciones activas. Aquellos pacientes que sí están siendo correctamente tratados y bajo control, podrán ser tratados con normalidad, siempre prestando especial atención a infecciones crónicas y aún más en un cuadro de crisis tirotóxica, ya que puede ser muy peligrosa.
El Hipotiroidismo
Se trata de un caso opuesto al anterior. En esta situación, la glándula tiroides disminuye la producción de la hormona tiroidea, ocasionando una ralentización en la actividad metabólica y trayendo consigo aumento de peso, disminución del apetito y aletargamiento entre muchas otras. En cuanto a la salud bucodental también presenta serias repercusiones, siendo la macroglosia (crecimiento anormal de la lengua) una de las más características. También se presentan casos de gingivitis, caries y desarrollo de candidiasis crónicas.
Al igual que con el hipertiroidismo, el hecho de que el paciente tenga su enfermedad o no bajo control influirá fuertemente en el momento de ser tratado, con lo cual, un paciente que no tenga su hipotiroidismo controlado, no podrá ser candidato a recibir implantes dentales hasta que la enfermedad esté bajo control y se traten las infecciones agudas.
Ahora bien, si el paciente está correctamente controlado, se podrán aplicar procedimientos y tratamientos normales, aunque dentista y paciente tendrán que estar constantemente vigilando posibles infecciones y tener siempre presente la posibilidad de un coma mixedematoso que puede ser mortal.
¿Cómo afecta a los niños?
La incidencia de estas dos disfunciones de la glándula tiroides influye fuertemente en los niños, sobre todo cuando están mudando los dientes. Si el niño padece de hipertiroidismo, la pérdida de los dientes se dará antes, y la erupción de los dientes permanentes también, dándose el caso opuesto con aquellos niños que padecen de hipotiroidismo, ya que en estos casos, tanto la caída como erupción de los dientes permanentes se dará más tarde de lo que debería.
Hay que tener mucho cuidado en estos casos y hacer un seguimiento constante para que no se desarrollen maloclusiones en el futuro. Dicho todo esto, mi recomendación general para los pacientes, sean niños o adultos, es tener las alteraciones de la glándula tiroides a raya y no dejar de atender a las citas tanto con el dentista como con el endocrinólogo.